Al frente del proyecto de Lourizán para la clasificación y selección del castaño se encuentra la ingeniera de montes Josefa Fernández López. Recuerda que hay mucho trabajo detrás, pues el material aprobado procede de dos colecciones iniciadas a finales del siglo pasado. Una, de la antigua estación de fitopatología agrícola de Galicia que se integró en Mabegondo en los años sesenta. «Alí entre 1939 e 1958 Urquijo fixo polinización controlada entre o castiñeiro europeo e o castiñeiro xaponés para obter híbridos resistentes á enfermidade da tinta e seleccionando tamén aqueles con mellores aptitudes de propagación», explica la jefa del departamento de Producción Forestal de Lourizán. Otro material procede del programa de la Misión Biolóxica de Pontevedra entre 1954 y 1965, de la mano del investigador Biéitez, y que pasó en parte a Lourizán en 1960. Muchos viveros de la Galicia atlántica (allí donde más mortalidad produce la tinta) centraron su producción de planta en esos clones.
La descripción de sus características se inició en Lourizán entre 1989 y 1997. Se les inoculó el mal, comprobando la supervivencia, vigor y calidad de los fustes para su aprovechamiento maderero, viendo también con datos estadísticos la calidad de las castañas. Fernández dice que, para producir castaña, las importantes son las variedades tradicionales europeas. «Certo que temos híbridos que dan castañas de cedo con gran calibre ?explica?, os clons coas castañas máis grandes son os numerados como 9.044 e 89, pero tamén pelan e saben peor cas do país». Esta investigadora dice que durante muchos años se pensó que el único material para plantar estos árboles eran los clones híbridos, pero dice que no hay que acotarlo. Vale para la Galicia atlántica aunque en el interior es mejor optar por poblaciones locales en condiciones parecidas.
Fonte: La Voz de Galicia